Entrevista

Celeste Ortiz: Ejemplo de mujer y profesional 

Celeste Ortiz Manotas, nació el 18 de noviembre de 1975 en Sabanalarga-Atlántico en el seno de una familia trabajadora, que con grandes esfuerzos lograron guiarla por el buen camino, hasta que lograron verla como abogada. Actualmente está felizmente casada y tiene 3 hijos profesionales. 

Liz: ¿Qué estudios realizó?

Celeste: primero que todo, me gradué en la normal Santa Teresita como bachiller pedagógico, estudié derecho en la Universidad del Atlántico, luego me especialicé en derecho de familia. Soy especialista en ética y pedagogía, especialista en gestión ambiental y especialista en gestión educativa.

Liz: ¿por qué después de laborar como abogada y otros cargos se dedicó a la docencia?

Celeste: Es importante manifestar que tuve la oportunidad, desde el punto de vista administrativo, de ocupar grandes cargos públicos. Fui inspectora de la policía, me desempeñé como secretaria de educación municipal, asesora jurídica de la caja de previsión en Sabanalarga Atlántico y otros cargos. Me dediqué a la docencia porque hicieron un concurso aquí en el municipio y ocupe el segundo puesto, no pensé nunca que iba a ocuparlo porque lo hice como hobby, para darme cuenta qué había aprendido después de estudiar docencia.

Liz: ¿en estos últimos 6 años con qué estudiantes se ha logrado identificar?

Celeste: con muchos estudiantes egresados, pero en estos últimos seis años me he identificado con Brayan Lechuga y Kevin Zamora, por su liderazgo.

Liz: ¿es rentable ser docente hoy en día?

Celeste: Rentable desde el punto de vista monetario no lo considero, pero emocionalmente, moralmente y espiritualmente sí, porque uno como docente aprende mucho de los estudiantes.

Liz: ¿ha ejercido usted como abogada?

Celeste: si, yo duré  ejerciendo el derecho por muchos años, quizás como 15; a veces hago mis funciones en el derecho, pero ponen las audiencias en las horas contrarias a mi trabajo y no puedo asistir, pero si asesoro a mucha gente.

La profesora Celeste Ortiz Manotas es un ejemplo de gran madre profesional. Ella es una mujer dedicada a su trabajo como docente y, esporádicamente, ejerce como abogada, haciendo asesorías. Ella ama su profesión de maestra porque le da la oportunidad de defenderlos con mucho amor y tenacidad.